Esta es una historia de nazis, de un espía alemán que levantó una casa singular en un paisaje inhóspito de Fuerteventura, de avionetas vigiladas, submarinos de guerra y pasadizos secretos.
Nada de esto existe en los papeles oficiales, sino en la mente de miles de majoreros (habitantes de Fuerteventura) que alimentan la leyenda de la Casa Winter.
La casa Winter
Se trata de un palacete con torre de la playa de Cofete. Se encuentra en la Península de Jandía (Fuerteventura), a los pies del Pico de la Zarza, en la ladera de una cadena montañosa que separa el Norte y el Sur de la Península de Jandía. Es la zona más inhóspita de la península de Jandía, azota el viento y el acceso es difícil.
La casa se levantó en 1946 y pertenecía a Gustav Winter. Gustav Winter (1893 – 1971) fue un ingeniero alemán considerado miembro de la lista negra del espionaje alemán que elaboró Inglaterra en 1945. Las 104 personas de la lista habrían vivido en España con la protección de Franco.
Para los majoreros (habitantes de Fuerteventura) era Don Gustavo.
El escritor Alberto Vázquez-Figueroa, que escribió Fuerteventura (novela en que aparece la casa Winter y el contexto nazi), dijo en una entrevista a Canarias Ahora que “a nadie se le ocurre hacer un caserón como aquel en un lugar tan perdido. Si ahora para llegar te juegas la vida, en los años 40 debía ser mucho más peligroso. Algo muy importante tenían que esconder para construir ese monstruo escondido en un sitio absolutamente inaccesible”.
Las leyendas de la Casa Winter
- Los submarinos alemanes: la tienen por leyenda disparatada, pero se menciona con frecuencia. Los submarinos alemanes tendrían acceso subterráneo desde el Océano. La tesis tiene en cuenta el origen volcánico de la isla y el sistema de cuevas derivado del proceso de formación, como la Cueva del Viento, en Tenerife.
- La valla. Don Gustavo firmó un contrato de arrendamiento sobre la Península de Jandía con los herederos del conde Santa Coloma en 1937. Quiso iniciar una fábrica de cemento y luego una de pescado. Ningún proyecto prosperó. G. Winter valló todo el territorio hasta los años ’50. La leyenda sugiere que Franco cedió toda la zona a los alemanes y que construyeron una pequeña pista de aterrizaje.
- La vagoneta Krupp: cerca de la casa descansa una vagoneta de la empresa Krupp, alemana, y todavía se aprecian algunos raíles en dirección hacia la montaña. La leyenda establece la intención de Gustav Winter de unir Cofete (Norte) con Morro Jable (Sur) para facilitar la navegación militar en una zona más favorable.
- Las explosiones: algunos vecinos aseguraron recordar explosiones en las inmediaciones de la Villa Winter. Algunos tratan de ver la construcción de túneles secretos. Otros creen que con las explosiones Winter quiso alcanzar Morro Jable a través de las montañas.
- El viaje de Don Gustavo: en 1937 Gustav Winter viajó a Berlín para recibir dinero que invertir en Fuerteventura. El viaje no se ha constatado. La única referencia apareció en 1971 en la revista Stern, la única entrevista que Don Gustavo dio a un medio alemán. Según esta versión, Winter llegó de Alemania con un maletín lleno de dinero. La leyenda dice que el dinero era de Hermann Göring, lugarteniente de Hitler. “Son tonterías”, dijo Winter.
Aunque no dejan de ser leyendas, no todas pueden ser descartadas.
Hay algunos flecos que quedan sin resolver y que los acontecimientos históricos parecieron apoyar los rumores más que rechazarlos.
La actividad de los submarinos alemanes en las Canarias, por ejemplo, alimenta la leyenda. En 1941 había seis estaciones de submarinos alemanes en el puerto de Las Palmas. El 6 de abril de 1943, un avión inglés hundió al submarino U-167 en el Archipiélago Canario.
La valla contribuyó a la desinformación de lo que ocurría en la Casa Winter y en todo su territorio. La colaboración franquista con el régimen nazi reforzó las leyendas. Qué ocurría allí dentro y por qué una casa en un lugar tan desolado.
Por último, la industria pesada nazi desarrolló la mejor tecnología europea del momento. La artillería y los ferrocarriles fueron motivo de orgullo nacional. La vagoneta Krupp relaciona la industria militar nazi con el Sr. Winter.
Parece que la leyenda de la casa Winter continuará. Los descendientes de Gustav Winter, que vendieron las parcelas de la villa que todavía conservaban en 1997 a Lopesán Construcciones S.A., lo han negado todo varias veces y no quieren oír hablar del asunto.
Hay dos cosas indudablemente ciertas en toda esta historia: el viento y los rumores siguen atizando con fuerza la Casa Winter.
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