El orgón o energía orgónica es una idea propuesta y promovida en la década de 1930 por el psicoanalista Wilhelm Reich, que creó originalmente ese término para describir una fuerza vital universal. La idea fue rápidamente desacreditada y descartada por los científicos.
Reich, originalmente parte del círculo de Sigmund Freud en Viena, creía que el concepto de libido de Freud tenía en realidad una base biológica, y desarrolló una práctica terapéutica ostensiblemente diseñada para liberar esta energía corporal, debido a que -de acuerdo a Freud- la salud mental dependía de un flujo libidinal sin inhibiciones. Esta teoría biofísica culminó finalmente en el desarrollo del concepto de orgón (palabra derivada de la misma raíz que "organismo" y "orgasmo"), que según Reich era una substancia sin masa y omnipresente, similar al éter, pero fuertemente asociada con la energía vital en lugar de la materia inerte.
La orgonita sería, según Reich, una sustancia compuesta por virutas de metal, resina de poliéster en proporciones aproximadamente iguales y un cuarzo el cual varía en cantidad por ejemplo un cuarzo por tubo en el cloudbuster y en un towerbuster solo un pedazo. La orgonita ordenaría y potenciaría esa energía según las tesis de Reich.
El concepto de la orgonita se atribuye a Wilhelm Reich (1897-1957), psicoanalista austríaco, quien afirmaba la existencia de una energía vital (conceptualmente similar al prana, qì, kundalini, etc. de diversas religiones y filosofías místicas asiáticas) presente en todas partes, pero que podía ser básicamente positiva o negativa, teniendo según esta polaridad efectos buenos o malos sobre los organismos vivos.
Según su concepción, la orgonita ordena esa energía provocando consecuencias positivas en el entorno más inmediato.
Según los aficionados a este tipo de instrumentos, existen dispositivos de orgón para casi cualquier ocasión.
Un dispositivo muy común es el cloudbuster, que al usar tubos de cobre u otro metal sincroniza la energía del cielo con la de su base compuesta de cuarzo, fibras de metal y resina catalizada, ya que esta es positiva y se sincroniza con los tubos esta es llevada por ellos al cielo con energía orgónica positiva y absorbiendo la del cielo que en caso de ser negativa es trasformada, este dispositivo es ampliamente difundido entre aquellos que acreditan la existencia de los chemtrail. Está básicamente formado por tubos de cobre (pudiendo ser más 6 es recomendable pero con 1 es suficiente) de unos dos metros de largo, clavados en un cubo lleno de orgonita, es decir, los tubos están clavados en una mezcla de virutas de hierro y resina.
El más común es el towerbuster que sería orgonita hecha en moldes de flanes o pastelillos.
Además de los dispositivos descritos, Reich diseñó otros con la intención de reconducir esa energía y poder tratar zonas puntuales del cuerpo humano aplicando un tubo por el que sale la energía orgónica sobre la zona a curar. También diseñó una cápsula donde se introducía al paciente durante unos minutos con el fin de que todo su cuerpo recibiera una fuerte dosis de radiación beneficios.
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